Cirugía de Polo Posterior

¿Qué es la cirugía de polo posterior?

La cirugía de polo posterior abarca un conjunto de procedimientos que tratan enfermedades que afectan la parte más interna del ojo, especialmente la retina, el vítreo y la mácula. Estas estructuras son esenciales para una visión central clara, por lo que su deterioro puede causar pérdida visual severa si no se intervienen a tiempo.

En Médica Ocular, realizamos este tipo de cirugía en casos de desprendimiento de retina, membranas epirretinianas, hemorragias vítreas, y complicaciones por diabetes ocular. Contamos con tecnología de alta precisión y un equipo especializado en cirugía vitreorretinal para ofrecer resultados seguros y efectivos.

Principales cirugías del polo posterior

Vitrectomía posterior

La vitrectomía es una cirugía en la que se retira el humor vítreo, que es la sustancia gelatinosa del centro del ojo, para acceder a la retina. Se indica en casos de desprendimiento de retina, hemorragia vítrea o presencia de tracción macular. Este procedimiento permite estabilizar la retina y mejora la visión.

Peeling de membranas

En algunos casos, se forman membranas epirretinianas sobre la mácula que provocan visión borrosa o distorsionada. El peeling consiste en retirar cuidadosamente estas membranas para restaurar la calidad visual y evitar un daño permanente en la zona central de la retina.

Inyecciones intravítreas

Consisten en aplicar medicamentos directamente en el interior del ojo para tratar enfermedades como la degeneración macular, la retinopatía diabética o la inflamación intraocular. Son seguras, rápidas y altamente efectivas para controlar la progresión de enfermedades de la retina.

Panfotocoagulación láser

Este tratamiento con láser oftalmológico se utiliza principalmente en pacientes con retinopatía diabética proliferativa. Su objetivo es sellar áreas de la retina que presentan isquemia o crecimiento anormal de vasos sanguíneos, ayudando a prevenir un desprendimiento de retina y pérdida visual severa.

¿Cuándo se recomienda una cirugía de polo posterior?

Este tipo de intervención se recomienda cuando se presentan patologías que no pueden tratarse únicamente con medicamentos o tratamientos láser. Entre los casos más comunes están:

  • Desprendimiento de retina que pone en riesgo inmediato la visión.

  • Tracción vitreomacular que distorsiona la imagen central.

  • Retinopatía diabética avanzada con sangrado dentro del ojo.

  • Crecimiento de membranas sobre la mácula que afectan la agudeza visual.

Una evaluación oftalmológica completa es necesaria para definir el tipo de cirugía que mejor se adapta a la condición de cada paciente.

¿Cuándo se recomienda una cirugía del segmento anterior?

La cirugía de polo posterior ofrece beneficios fundamentales para quienes padecen enfermedades que afectan la parte interna del ojo. Este tipo de intervención permite recuperar o preservar la visión central, lo que resulta clave para realizar actividades cotidianas como leer o reconocer rostros. Además, ayuda a detener la progresión de enfermedades graves como la retinopatía diabética, evitando que el daño continúe avanzando. Al reducir síntomas como la visión borrosa, las manchas oscuras o la distorsión visual, también mejora significativamente la calidad de vida del paciente. Por último, este tratamiento puede prevenir complicaciones severas como el desprendimiento total de retina o incluso la pérdida permanente de la visión.

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Preguntas frecuentes sobre la cirugía de Polo Posterior

¿Qué enfermedades se tratan con la cirugía de polo posterior?

Este tipo de cirugía se utiliza para tratar enfermedades que afectan la parte interna del ojo, como el desprendimiento de retina, la retinopatía diabética, la degeneración macular, las membranas epirretinianas o las hemorragias vítreas. Estas condiciones pueden causar pérdida de visión si no se atienden a tiempo.

No. La intervención se realiza bajo anestesia local o sedación, por lo que el paciente no siente dolor durante el procedimiento. Es posible que se presenten molestias leves en los días posteriores, pero suelen ser temporales y se controlan fácilmente con tratamiento médico.

La recuperación varía según la complejidad de la cirugía y el estado del ojo. Por lo general, se requieren algunos días de reposo relativo y seguimiento médico. La visión mejora progresivamente, y es fundamental cumplir con los cuidados postoperatorios indicados por el oftalmólogo.

Aunque es un procedimiento seguro, pueden existir riesgos como inflamación, infección o nuevos desprendimientos de retina. Sin embargo, si la cirugía se realiza con especialistas y tecnología adecuada, las complicaciones son poco frecuentes.

Sí. En muchos casos, esta cirugía es fundamental para evitar la pérdida total de la visión. Actuar a tiempo puede marcar la diferencia entre recuperar la visión o sufrir un daño permanente. Por eso, es clave consultar ante cualquier cambio visual.

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